Les presentamos a nuestro colega Sergio de Colombia. Durante un viaje de trabajo conoció a Manuel, el amor de su vida. En 2016, cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo finalmente se hizo posible en Colombia, se casaron, tanto por lo civil como por la iglesia anglicana.
Sin embargo, Sergio y Manuel viven en Costa Rica, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo aún no es reconocido. A pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló en enero de 2018 que los matrimonios entre personas del mismo sexo debían ser reconocidos, las autoridades costarricenses siguen estancadas. Situación extraña si tomamos en cuenta que el fallo responde a una moción presentada por el gobierno de Costa Rica. Por lo tanto, Sergio va a pelear.
Diferentes estándares
«Hemos intentado que nuestro matrimonio sea reconocido aquí en Costa Rica», dice Sergio, «pero consideran que nuestros documentos son inadmisibles. Es muy frustrante. Lo más raro es que, durante el mismo período de tiempo, obtuvimos juntos una hipoteca para nuestra casa con un banco privado, también aquí en Costa Rica. Nos aceptaron como pareja. Qué curioso, ¿verdad?».
Trámites burocráticos
Nueve días después del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sergio volvió a presentar su solicitud. «Fue un momento especial. Nos trataron con respeto y nadie nos miró raro. Dijeron que tomaría aproximadamente un mes y que el resto de las comunicaciones serían por correo electrónico. Resulta que tomará más tiempo. Primero, tuvimos que proporcionar pruebas de nuestra boda por la iglesia y ahora quieren pruebas de nuestra boda civil. Todavía estamos esperando que el notario colombiano nos envíe el certificado de matrimonio «.
En agosto del 2018, la Corte Suprema de Costa Rica determinó que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo es inconstitucional y le dio al gobierno 18 meses para aprobar una nueva ley. Mientras tanto, Sergio y Manuel siguen sin tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales. «Si perdiera mi trabajo, perdería mi permiso de residencia, aunque esté casado con un costarricense».
Viviendo su trabajo
Sergio encabeza un proyecto de Hivos que surgió gracias al aporte de donantes holandeses. Su equipo está analizando el estado del matrimonio entre personas del mismo sexo en cuatro países de América Latina para ver si la sentencia de la Corte en realidad se está cumpliendo.
“Este tema me afecta profundamente, tanto a nivel laboral como a nivel personal. A lo largo de toda la discusión sobre el matrimonio igualitario, el miedo y la homofobia se han intensificado. No podemos salir a caminar tomados de la mano. Y mientras nuestro matrimonio no sea oficialmente reconocido, siento que no estoy siendo reconocido oficialmente como ser humano. No tengo los mismos derechos que cualquier otra persona».
¿Cuándo se cumplirá el sueño?
Cuando su matrimonio sea oficialmente reconocido, ¿se habrá cumplido el sueño? «Casi», se ríe Sergio, «cuando eso suceda voy a ver si la Iglesia Anglicana me ordena como sacerdote. Soy un hombre religioso y para mí eso elevaría el concepto de igualdad a un nivel más alto. ¡En algunos países ya es posible!” ¿Por qué no?