La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos reconoce al campesino como toda persona que, de forma individual o colectiva, se dedica —o busca dedicarse— a la producción agrícola a pequeña escala, ya sea para la subsistencia o el comercio, y que mantiene un vínculo profundo de dependencia y apego a la tierra (ONU 2018, 5).
Desde Hivos, y a partir de numerosos testimonios recogidos en diversos territorios, abrazamos una comprensión más profunda: para nosotros, las y los campesinos son reproductores de vida. No solo cultivan alimentos, sino también conocimientos ancestrales, redes de solidaridad, culturas vivas y prácticas sostenibles que sostienen la biodiversidad y la resiliencia de los territorios. Son actores clave para enfrentar los desafíos del hambre, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la exclusión social. Son guardianes de los ecosistemas y tejedores de comunidades. Es desde este reconocimiento que guiamos nuestro compromiso: acompañamos sus luchas como luchas por la vida misma, y trabajamos junto a ellas y ellos para construir un presente más justo y un futuro regenerativo.
Una Visión Compartida para Regenerar el Planeta
La regeneración del planeta exige una transformación estructural que conecte el campo y la ciudad en una visión común. Las crisis actuales —ambiental, alimentaria, climática y social— están profundamente entrelazadas. En este contexto, el campesinado emerge no como parte del problema, sino como parte fundamental y angular de la solución. Sus prácticas agroecológicas, su cosmovisión de la naturaleza, su defensa de los territorios y sus formas de organización comunitaria/asociativa, ofrecen caminos viables y urgentes para restaurar ecosistemas, asegurar la soberanía alimentaria y reconstruir economías locales más resilientes.
Al mismo tiempo, en los espacios urbanos crece una ciudadanía cada vez más consciente de la necesidad de cambiar nuestros modelos de consumo y producción. Esta convergencia de saberes, prácticas e intereses puede dar lugar a una nueva forma de convivencia entre quienes producen y quienes consumen, entre quienes habitan lo rural y lo urbano, basada en la corresponsabilidad, la justicia y el cuidado del bien común. Regenerar el planeta es, en definitiva, una tarea colectiva que se construye reconociendo el valor estratégico del campesinado y generando las condiciones políticas, económicas y sociales para que su rol pueda florecer, en resumen es un acto de justicia.
El Secreto Está en la Conexión
En Hivos creemos que la restauración no se limita a los ecosistemas, sino que incluye también la regeneración de los vínculos humanos en todos sus niveles. Trabajamos en los territorios rurales con un enfoque que restaura con rostro humano, entrelazando el cuidado y recuperación de los paisajes con el reconocimiento de los saberes, identidades y derechos de quienes los habitan. Esto implica facilitar procesos de organización comunitaria, fortalecer capacidades locales, y promover modelos de producción regenerativa que aseguren medios de vida dignos y sostenibles, como elementos de fomentar proyectos de vida, de gente sin límites.
Desde las ciudades, impulsamos alianzas intersectoriales para construir políticas públicas más inclusivas, promover emprendimientos con enfoque regenerativo y generar narrativas transformadoras que revaloricen el rol del campesinado y visibilicen su aporte al bienestar colectivo. Porque regenerar es, también, sanar la desconexión entre las personas. Es recuperar la confianza comunitaria, reconocer nuestra interdependencia y abrir espacios para la cooperación entre generaciones, géneros, culturas y territorios. En este sentido, la regeneración es un acto profundamente político, ecológico y humano, del cual tu y yo somos parte.
Este 17 de Abril, Nos Movilizamos Juntas y Juntos
Este 17 de abril, Día Internacional de la Lucha Campesina, reafirmamos que el futuro de la vida en el planeta pasa por reconocer y respaldar a quienes la sostienen día a día con sus manos, su conocimiento y su compromiso con la tierra. Desde Hivos, nos sumamos a esta lucha como aliadas y aliados estratégicos.
Porque no se trata solo de justicia para el campo. Se trata de justicia climática, alimentaria, cultural y económica para todas las personas que habitamos este planeta. Y por eso, hoy más que nunca, la lucha campesina debe ser una lucha compartida, una lucha visibilizada…una lucha transformadora.
Este blog fue escrito por Diego Mora, quien coordina el Proyecto de Restauración de Paisajes Bioculturales y Productivos en Zamora Chinchipe, y Ana Carolina Benítez, responsable de Vinculación, Aprendizaje y Comunicación del Programa Futuros Urbanos en América Latina.