“Entendemos que nuestras necesidades como mujeres adolescentes y jóvenes son muy diferentes a las de las mujeres adultas, necesitamos hablar más de derechos sexuales y reproductivos de las jóvenes con VIH. Sentimos que no hay espacios amigables de acompañamiento y consejería en los centros de salud y queremos hacer incidencia política para lograr eso”.
Así habló Cintia Gerez, una profesional de 26 años, oriunda de Santiago del Estero, Argentina, quien desde hace dos años vive con un diagnóstico positivo de VIH. Trabajadora social de formación, conoció a la Comunidad Internacional de Mujeres que viven con VIH y Sida (ICW Latina) donde se sintió acompañada como mujer. Muy pronto se dio cuenta que como joven era necesario encontrarse, organizarse, capacitarse y empoderarse junto a otras mujeres jóvenes con VIH para poder ocupar y transformar espacios desde la perspectiva de la población más joven.
Cintia es una de las gestoras del Área de Mujeres Adolescentes y Jóvenes con VIH de la ICW Latina, creada en el marco del proyecto: “Acelerando la acción regional a favor de los derechos humanos, sexuales y reproductivos y la no violencia hacia las mujeres con VIH”, implementado por la ICW Latina e Hivos con el financiamiento del Fondo Mundial de Lucha contra el VIH/Sida, la Tuberculosis y la Malaria (FM), que concluyó el pasado mes de diciembre luego de tres años.
En el 2017, por primera vez, Cintia y siete chicas de ICW Latina coincidieron en Costa Rica durante el Diálogo de Alto Nivel “Uniendo nuestras voces para transformar”, organizado por dicho proyecto. El evento reunió a representantes de organizaciones y personas tomadoras de decisión líderes en el tema de VIH en Latinoamérica y El Caribe.
“Hablamos sobre nuestras necesidades como mujeres jóvenes con VIH y las diferencias con mujeres adultas. Nosotras queremos y necesitamos hablar de educación sexual integral, de maternidad, de lactancia materna, de autocuidado, de si podemos decidir o no tener relaciones sexuales sin preservativo cuando la carga viral está indetectable. Presentamos la propuesta de crear el capítulo de mujeres jóvenes y adolescentes con VIH y fue bien aceptado”, cuenta Anahí Alvarenga, paraguaya de 21 años.
“Las jóvenes con VIH tenemos pocas oportunidades para desarrollarnos, estamos en el olvido, no hay compromiso de los Estados ni de las empresas. No tenemos acceso al trabajo”, denunció una joven nicaragüense durante el Diálogo de Alto Nivel (DAN). Otras mujeres se alzaron exigiendo visibilizar las necesidades particulares de las adolescentes y jóvenes que adquirieron el virus por transmisión vertical, de aquellas que son madres, así como la importancia de la investigación sobre los efectos secundarios del tratamiento antirretroviral en el largo plazo.
Las voces de las mujeres adolescentes y jóvenes, exponiendo realidades diferentes en el DAN, lograron movilizar voluntades. Por ejemplo, UNICEF y PNUD comprometieron recursos para apoyar el fortalecimiento de capacidades para el empoderamiento y la incidencia política de las jóvenes del grupo movilizador.
La creación del Área de Mujeres Adolescentes y Jóvenes con VIH fue el resultado de una decisión de las líderes de la ICW Latina quienes, desde el 2017, acordaron abrir espacios y acuerpar el desarrollo de nuevos liderazgos. “Esto abre la posibilidad de que ellas se vinculen con sus pares y construyan colectividad para impulsar cambios en la región que respondan a sus necesidades. Es relevante porque refleja el surgimiento de nuevos liderazgos apoyados por la ICW Latina” refiere Mariana Iacono, actual referente de ICW Argentina y quién acompañó el proceso.
A partir de estos procesos, la inclusión de mujeres jóvenes y adolescentes ha aumentado en los capítulos nacionales. Ellas se han integrado activamente en siete países de la región y en las actividades regionales de la ICW. Su liderazgo se ha visibilizado y fortalecido.
Para Anahí y Cintia hay un antes y un después de su llegada a la organización, que se dio en el marco del proyecto. “Hace 7 años, cuando recibí el diagnóstico, no sabía nada, no sabía que había otras mujeres con VIH, me sentía muy sola. He descubierto que involucrarme en el activismo es súper importante porque si yo no me reconozco como una mujer con VIH y no visibilizo que estoy bien, que estoy fuerte, es complicado que otras mujeres sean parte de esto”, opina Anahí.
“A mí la Comunidad Internacional de mujeres con VIH -ICW Latina- me ha sumado feminismo, sororidad, empoderamiento, información, nuevas capacidades; hoy no soy la misma que recibió el diagnóstico hace dos años, en ese momento estaba desinformada y sola. Hoy estoy totalmente empoderada y mi mensaje para aquellas mujeres que recién acaban de conocer su diagnóstico, es que no tengan miedo, que busquen a otras mujeres con VIH que formen parte de redes u organizaciones de mujeres, para que juntas construyamos la nueva realidad que queremos y deseamos vivir”, concluye Cintia.