Causas profundas – no las drogas- de la cultura de la violencia en Ecuador y Colombia

enero 14, 2025

Por Tanja Lubbers, Directora Regional de Hivos en América Latina

Ecuador solía ser uno de los lugares más seguros de Sudamérica, pero la creciente influencia de los cárteles de la droga de México y Colombia ha convertido al país en una de las naciones más violentas de la región. Cada día las noticias están llenas de historias sobre el aumento de los asesinatos, decapitaciones, motines mortales en las cárceles y atentados con bomba. En agosto de 2023, sicarios colombianos asesinaron al candidato presidencial anticorrupción Fernando Villavicencio tras haber recibido amenazas de muerte de un cártel mexicano estrechamente vinculado a una importante banda callejera ecuatoriana.

Hivos tiene una oficina en Ecuador desde la que trabajamos con varios socios en materia de justicia climática, inclusión de las personas LGBTIQ+ y derechos humanos en general. Ayudamos a construir y fortalecer los movimientos de mujeres, pueblos indígenas y la comunidad LGBTIQ+ en Ecuador y la región andina en general.

Para adaptar nuestro trabajo en Ecuador a esta realidad tan cambiante, nos reunimos con socios de Colombia, que compartieron sus experiencias sobre décadas de violencia relacionada con el narcotráfico.

Similitudes sorprendentes

Las similitudes entre las causas profundas y las posibles soluciones son sorprendentes. Tanto en Colombia como en Ecuador, años de marginación de la población rural, indígena y afrodescendiente han creado un fértil campo de reclutamiento para los cárteles. En ambos países ha surgido una espiral de violencia similar, en la que a la violencia de las bandas le sigue la represión estatal, que conduce a una violencia aún más feroz. Al mismo tiempo, un aura romantizada -y falsa- de justicia social empezó a rodear los actos de violencia y los movimientos motivados en realidad por los enormes beneficios del comercio internacional de drogas. Y esas inimaginables cantidades de dinero están igualmente detrás de la arraigada corrupción que socava unas instituciones estatales ya de por sí débiles.

El problema son las causas profundas, no las drogas

La experiencia colombiana nos demuestra que es fundamental trabajar sobre las causas profundas. Tenemos que reconocer que la violencia no está causada por las drogas, sino por la exclusión, la discriminación, el machismo y el racismo, todo ello exacerbado por la guerra contra las drogas. Por tanto, es esencial invertir en el desarrollo de las regiones desfavorecidas. Como lo es invertir en la inclusión de grupos tradicionalmente excluidos como los jóvenes, las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes y las personas LGBTIQ+.

Soluciones inspiradoras

Nuestros socios en Colombia trabajan para fomentar la confianza, la paz y la armonía social. Entre otras cosas, facilitan la resolución de conflictos a través del diálogo, apoyan iniciativas de cambio social lideradas por jóvenes y crean oportunidades de empleo. Compartieron con nosotros ejemplos inspiradores del uso del arte, la música y los festivales para unir a la gente y acabar con la cultura de la violencia. Me enorgullece decir que muchas de estas iniciativas contaron con el apoyo de los antiguos programas de arte y cultura de Hivos. También destacaron la importancia de incluir a los jóvenes y a otros grupos tradicionalmente excluidos en todos nuestros programas.

En nuestro trabajo actual en Colombia y Ecuador tenemos en cuenta estas lecciones. Uno de nuestros socios de Colombia dijo: «En tiempos de crisis, estamos obligados a sembrar esperanza». Hivos en América Latina también está decidida a ayudar a crear una cultura de esperanza y soluciones.

Me gustaría dar las gracias a las siguientes personas por compartir sus importantes puntos de vista:

Rocío Gutiérrez – Directora de proyectos de Fundación SIDOC, Cali
Pedro Fajardo – Director Ejecutivo de Fundación Mi Sangre, Medellín
Charles Smith Arcila Bonilla – Coordinador de nuestro programa Futuros Urbanos en Fundación SIDOC, Cali