Hivos participó en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas de este año con una delegación pequeña pero enfocada. ¿Qué lecciones podemos extraer de la COP29? ¿Y cómo podemos convertirlas en una incidencia estratégica para influir en los resultados de la COP30? Escuchemos a los delegados de este año.
El fracaso de la financiación climática en la COP29
Collins Otieno, de Hivos, formó parte de nuestra delegación en Bakú y apoyó las negociaciones de Kenia sobre financiación climática. Según Collins, este año, el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación Climática (NCQG, por sus siglas en inglés) eclipsó todo lo demás. “Las negociaciones se extendieron hasta el último minuto, y el resultado no es el que deseábamos. El Grupo Africano de Negociadores abogó por un objetivo de 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática, basado en las necesidades de los países en desarrollo que están en la primera línea de la crisis climática. Aunque el texto de la decisión reconoce la necesidad de estas cifras, no se acerca a las cantidades demandadas por los negociadores”.
En su lugar, la decisión final establece que para 2035 los países desarrollados «asumirán el liderazgo» en la contribución de 300 mil millones de dólares anuales en financiación climática. Además, se hace un llamado a los gobiernos y empresas para complementar esta cantidad con préstamos y subvenciones hasta alcanzar al menos 1,3 billones de dólares. “Hay una enorme falta de compromiso en torno a los acuerdos de este año”, dice Collins. “Aunque la decisión hace referencia al artículo 9 del Acuerdo de París, no está claro qué significa exactamente ‘asumir el liderazgo’. De hecho, el lenguaje sobre el compromiso financiero para la acción climática se ha ido diluyendo continuamente desde la COP16 en Cancún”.
Collins anticipa que la COP30 demostrará la insuficiencia de los 300 mil millones de dólares en financiación climática, cuando las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) sean el tema central. “La presentación de las NDC en febrero mostrará que los países probablemente necesitarán incluso más de 1,3 billones de dólares, si las NDC son ambiciosas y están basadas en las necesidades de las comunidades locales e indígenas en el sur global. Un buen ejemplo es un país como Etiopía, que actualmente necesita casi 316 mil millones de dólares para implementar su NDC, una cifra casi equivalente al NCQG anual establecido en Bakú”.
COP29, una burla a la justicia climática
La delegada de Hivos, Dinah Fuentesfina, explica que la COP29 estuvo marcada por intensos enfrentamientos y frustraciones crecientes, tanto en las salas de negociación como en los espacios designados para la acción. “El ambiente estaba tenso mientras los países en desarrollo expresaban su indignación por la insuficiencia del objetivo de 300 mil millones de dólares en financiación climática, incluyendo una masiva sentada frente al lugar de la conferencia. Los manifestantes coreaban ‘justicia para el Sur Global’ y portaban pancartas que decían: ‘300 mil millones de dólares es una sentencia de muerte’.”
Dinah enfatiza la urgente necesidad de reformas sistémicas para lograr soluciones climáticas equitativas y justas. “Con las naciones más ricas dictando los términos, la COP29 demostró una vez más la necesidad urgente de un cambio transformador y una solidaridad genuina para abordar la crisis climática. El objetivo de financiación climática es una burla a la justicia climática porque no garantiza una financiación climática predecible, adicional y que no genere deuda, y tampoco ofrece garantías concretas para el financiamiento de pérdidas y daños. Sin un apoyo financiero robusto, muchas naciones en desarrollo tendrán dificultades para adaptarse a los impactos climáticos o recuperarse de desastres, y mucho menos implementar transiciones justas. Esta promesa vacía refuerza la injusticia de un sistema que carga a quienes menos han contribuido a la crisis con los costos más altos, dejando a las comunidades marginadas y a las naciones vulnerables soportando el peso tanto del cambio climático como de acciones climáticas inequitativas.”
Nuestras esperanzas y planes para la COP30
Creyendo que nuestro mayor impacto está donde somos más fuertes, estamos mirando hacia la COP30 en Belém el próximo año y dedicando enormes esfuerzos a las preparaciones tempranas. Organizada por Brasil, un país profundamente arraigado en el movimiento por la justicia climática, Hivos ve la COP30 como una oportunidad crucial para amplificar las valientes voces que apoyamos.
Las negociaciones de la COP29 pueden considerarse un fracaso
Micaela Valentim, de Hivos América Latina, tiene grandes expectativas para la cumbre del próximo año. “Por primera vez en tres años, la COP se llevará a cabo en un país con un gobierno democrático. Al haber organizado la reunión del G20 a principios de este año, Brasil se ha posicionado como un mediador importante en las negociaciones multilaterales globales. Anticipamos que Belém tendrá la mayor participación de la sociedad civil, grupos indígenas y comunidades locales de cualquier COP hasta ahora. Queda por ver si la masiva presencia de estos actores clave influirá directamente en las negociaciones y si, en Brasil, la UNFCC logrará restaurar la confianza de las personas en sus espacios multilaterales.”
Micaela se muestra esperanzada porque “el movimiento indígena en Brasil inspira a otras comunidades a nivel mundial,” pero también reconoce la presión adicional sobre la COP30. “Las negociaciones de la COP29 pueden considerarse un fracaso. El objetivo final de financiación climática acordado quedó muy por debajo de las expectativas mínimas, y las agendas clave de la sociedad civil, como género, derechos humanos y la transición energética justa, no lograron avances tangibles. Esto pone a la COP30 bajo una presión mucho mayor para cumplir.”
Uno de los planes de Hivos para el próximo año es que mujeres jóvenes de 25 países del Sur Global, involucradas en nuestro proyecto Global Girls Creating Change, presenten su agenda durante la COP30. La agenda contendrá propuestas para enfrentar la crisis climática en sus territorios y a nivel global. Este será un importante esfuerzo de incidencia colectiva que representará las diversas realidades y experiencias de mujeres y niñas en la acción climática. Tenemos buenas razones para creer que los negociadores de la COP30 tomarán esta agenda en serio.
