Por Carmen Hernández, estudiante de Ciencias de la Comunicación, Universidad San Carlos de Guatemala

Este año en Guatemala se han vivido sucesos muy importantes y preocupantes para la comunidad LGBTIQ+. En el marco de las iniciativas de ley 5272 “Ley de protección a la vida y la familia” y 5940 “Ley que garantiza la protección integral de la niñez y adolescencia contra los trastornos de identidad de género”. La primera iniciativa 5272 que, según el estado, buscaba resaltar lo valores morales y religiosos de la familia. Fue aprobada por el Congreso el mismo 8 de marzo, Día internacional de la Mujer. Una ley anticonstitucional que atentaba contra los derechos y la libertad no solo de las personas pertenecientes a la comunidad Diversa, si no también, vulnerando los derechos de la mujer. Pues entre sus puntos clave, tenía la criminalización del aborto con penas de 6 meses a 12 años de prisión, incluso si el aborto fuera espontáneo.

Otros de los puntos principales de esta ley era prohibir expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo e impedir a las entidades educativas públicas o privadas a que promovieran en la niñez y adolescencia programas relativos a la diversidad sexual e ideología de género o enseñar como normales conductas distintas a las heterosexuales.

Ana Lanz, Directora de Visibles, una organización que desde 2017 ha estado en constante lucha por la igualdad de derechos para la comunidad LGBTIQ+, nos comparte su postura ante esta iniciativa “creemos que era un gran retroceso en materia de derechos humanos para mujeres y personas de la diversidad sexual. Fue un mensaje de desaprobación por parte del gobierno antes estos grupos sociales que incitaba a la violencia y a la discriminación”

Convocar “La marcha contra el odio” fue una de las principales acciones que Visible tomó en sus manos junto con el apoyo de grupos estudiantiles.

Cerraba los espacios de participación con los que cuenta la sociedad civil, limitaba el derecho a una educación sexual integral, pues no todos los padres tienen la información adecuada respecto a este tema lo que implicaba otro retroceso y teníamos que tomar acciones para detenerlo” indica Ana Lanz.

Aunque Guatemala es un país que se reconoce como Estado “Laico” cabe resaltar que más del 85% de la población profesan la religión cristiana, alrededor del 43% son evangélicos, superando así a la iglesia católica que cuenta con el 41%, lo que influye directamente en el pensamiento ideológico de las personas y así mismo en los valores que profesan.

Conocer la postura de la Iglesia ante estos movimientos sociales, nos abre a un mejor panorama de la realidad nacional y la conciencia social que se tiene sobre estos temas importantes en materia de derechos humanos.

Otro punto importante es reconocer como la iglesia ha estado incidiendo en temas políticos, desde hace años varios partidos se han conformado por diputados fundamentalistas religiosos y conservadores entre ellos se puede mencionar al partido VAMOS y VIVA, los cuales promueven valores ciudadanos de acuerdo a los de la iglesia, para así ganar la simpatía e influir en la población conservadora que predomina en Guatemala.

El Párroco Luis Corral Prieto comparte la postura que tiene la iglesia ante la comunidad LGBTIQ+ “la iglesia es católica lo que significa que es para todos, por lo que no excluye ni discrimina a nadie, pero puede tener opiniones distintas, lo cual no significa fobia. Hemos comprendido que la discriminación es un error por lo cual como iglesia pedimos una disculpa”.

Respecto la iniciativa 5272 indica “sobre el tema del aborto; la vida empieza con la concepción y si se interrumpe es un homicidio, sea o no voluntario. Aunque las cumplas no nos toca a la iglesia decidirlo. Estamos en Contra del aborto”.

En cuestión a restringir la educación sexual en los centros educativos, nos expone “la educación en valores tanto personales, religiosos y sexuales; son valores íntimos e importantes, pertenecen y son responsabilidad de los padres y no se deben dejar en las manos de gobierno”.

Se buscó conocer la postura de la Iglesia Evangélica al igual que con la católica, pero ninguno de los lideres a los que se solicitó una entrevista quiso acceder.

Entre ellos la Iglesia Fraternidad Cristiana (La Frater) una de las iglesias evangélicas con mayor incidencia en la población de guatemalteca, quienes se negaron rotundamente al conocer el tema de la entrevista, la secretaria de uno de los lideres con la que se logró hablar dijo “Es un tema muy fuerte, no creo que nadie quiera aceptarla, mejor intente en otra iglesia”.

En la iglesia Ministerios El Calvario sucedió lo mismo, se mostraron renuentes al respecto y poco amables, diciendo que los 2 Pastores de la iglesia no tenían tiempo para entrevistas, al insistir un poco dijeron que enviara un correo para solicitar una cita, el cual hasta la fecha no ha sido respondido.

El último intento fue con Jorge Cerritos, Pastor de la Iglesia Cristiana Comunitaria Ciudad de Refugio, quién aceptó la entrevista, pero el día acordado decidió cancelarla sin previo aviso, treinta minutos antes de la hora fijada. Se le propuso realizarla por llamada telefónica pero ya no se recibió ninguna respuesta de su parte.

Al rechazar compartir sus posturas, dejan en evidencia la negativa que tienen hacia la comunidad LGBTIQ+ y el conservadurismo que promueven dentro de las congregaciones religiosas que dirigen.

La segunda iniciativa de ley 5940 “Ley que garantiza la protección integral de la niñez y adolescencia contra los trastornos de identidad de género”. Es una propuesta que avanza lentamente en el congreso por un grupo de diputados del ala conservadora y antiderechos. Es una ley que aún no está descartada por completo y se teme que en cualquier momento salga de nuevo a discusión.

Esta contiene reformas que buscan garantizar a los niños, niñas y adolescentes el derecho a su identidad según su sexo al nacer, asimismo, garantiza la protección a ser expuestos a contenidos que represente la sexualidad, promueva o muestre variaciones de la identidad o reasignación de género.

Una propuesta que de primera mano busca prohibir la existencia de las personas trans en el país y atenta específicamente a los niños y niñas transgénero. Llevando a Guatemala de retroceso a pasos agigantados en derechos humanos y diversidad de género.

Dolores Vásquez, chica transgénero, activista de la comunidad LGBTIQ+, expresa su postura ante esta problemática “Esta ley genera violencia, incita a la exclusión y limita a que en los colegios pueda haber niños y niñas trans o a que los padres no tengan la información adecuada para dar a sus hijos con amor un acompañamiento oportuno, pues solo el desarrollo representa algo traumático”.

Lejos de atender una vida digna para las personas trans, el estado sigue legitimando los prejuicios y la discriminación. Ana Lanz expone “la iniciativa 5940, de entrada, tiene un nombre violento para las personas que no se identifican con su sexo al nacer. Es la iniciativa que más nos preocupa en este momento, Celebrando la llega del Desfile del Orgullo al Centro Histórico de la ciudad. siendo un año pre electoral puede ser usada por los políticos como un arma para ganar la aceptación de la población antiderechos y ser utilizada en contra de la población LGBTIQ+ que de por sí ya somos un grupo vulnerable”.

Por otro lado, el Párroco Luis Corral Prieto comenta que no tiene mayor conocimiento sobre esta iniciativa, pero expresa su opinión al respecto “Los trastornos de identidad de género se deben de dejar en manos de Especialistas y psicólogos, no es un tema que se debe tomar a la ligera y actuar ante la primera queja que tenga el niño sobre su cuerpo. Si la ley 5940 trata sobre este tema, en ese caso estamos de acuerdo”.

Aunque la primera marcha en que personas de la comunidad LGBTIQ+ decidieron hacerse visibles en la sociedad sucedió en 1997, veinticinco años después, son pocos los avances que se han logrado en busca de los derechos y la igualdad, pues aun no existen políticas que respalden a la población diversa e incluso que resalten la igualdad de género en beneficio de las mujeres, siendo Guatemala un estado machista y opresor.

Para Dolores Vásquez la comunidad LGBTIQ+ ha significado mucho en su proceso de aceptación personal, comparte:

Es la familia que creas, en donde puedes encontrar apoyo con el cual empoderarte de tu identidad, donde no te sientes sola.

Existe una gran deuda del estado para la comunidad que no se está viendo reflejada. Hace falta inclusión en los espacios educativos, en el sistema laboral, acompañamiento psicológico tanto para los niños y padres que se ven en esta situación.

“Uno necesita psicólogo por la violencia y falta de acompañamiento que se vive desde pequeño, a mí desde primero primaria recuerdo que me vienen diciendo HUECO y discriminándome por mi identidad, es el tipo de violencia que te va marcando” comenta Dolores. Por otro lado, también comparte la discriminación que sufrió al estar en busca de un nuevo empleo “pase más de 12 meses desempleada por ser una persona transgénero, aun teniendo título universitario, la experiencia y capacidad que se requería, ninguna empresa quería darme trabajo”.

Ana Lanz refleja su postura ante el tema de la Inclusión “Ser empáticos y abrirnos a escuchar nos ayuda a tener una mejor comprensión de la violencia que sufren las personas y no solo porque sean de la diversidad sexual, pues hay más intersecciones como el género, la etnia, la discapacidad, entre otras. También respetar el derecho a auto-identificarse es otra acción para hacer que las personas de la comunidad se sientan seguras en el espacio en el que se encuentren”.

Parte de estar en la lucha por una sociedad inclusiva, también es resaltar que todas las personas jugamos un papel importante en la sociedad desde nuestros espacios, identificar nuestras conductas que pueden violentar la integridad de la comunidad LGBTIQ+, desde comentarios o chistes que creemos inofensivos, pero que son importantes para construir espacios seguros, siendo o no pertenecientes de la comunidad pero que todos nos sintamos respetados.

Aunque después de ser de rechazada y archivada la iniciativa de ley 5272. Por el contrario, la ley 5940 aún tiene un largo recorrido pues serán 3 comisiones las encargadas de analizarla y emitir un dictamen, por lo que debemos estar preparados para cualquier respuesta.

La lucha para la comunidad LGBTIQ+ seguirá siendo una constante por muchos años más y se reconoce que después de tanto tiempo algunas cosas si se han logrado cambiar.

“Tenemos ahora una postura no precisamente de esperanza, pero sí de resistencia, de estar presentes en la lucha y participación para lograr una incidencia política eficiente. Sabemos que no somos perfectos como organización, pero rescatamos el interés genuino de participar para que todos, todas y todes tengamos los mismos derechos” nos dice Ana Lanz.

Una muestra de ello fue la Marcha del Orgullo realizada en la ciudad de Guatemala el pasado 25 de junio con la consigna “Existo, Resisto y Persisto” desfile al cual asistieron más de 30 mil personas, siendo una de las manifestaciones más grandes después de la llegada del Covid-19 al país.

Él desfile también fue un espacio en el que activistas y líderes aprovecharon para exigir al gobierno la implementación de acciones para frenar la creciente violencia contra la comunidad LGBTIQ+ y pedir a los asistentes ser conscientes y no votar por políticos antiderechos en las próximas Elecciones Generales del país.

Dolores Vásquez comparte un mensaje motivador para las nuevas generaciones:

Que sean libres y no tengan vergüenza de ser. Lo importante es empoderarnos de nuestra identidad con orgullo.

Poco a poco hemos abierto espacios para hacernos más visibles y debemos seguir con el pie en la lucha por la búsqueda de nuestros derechos.