Josefina Tunki: el rostro de la resistencia

Por: Nora Sánchez

Conocí a Josefina Tunki, lideresa Shuar, en una visita a la comunidad Maikiuantz como parte de las actividades del programa Todos los Ojos en la Amazonía (TOA). Después de viajar más de 12 horas desde Quito, la primera mujer en presidir el Pueblo Shuar Arutam (PSHA) nos recibió con su vestimenta tradicional: un vestido o “karachi” color azul real, una faja de mullos atada a su cintura, y collares y pulseras de todos los colores.

Con su corta estatura, sus 60 años y sus rasgos fuertes emana una energía poderosa. Nos saludó primero en shuar y luego en español y finalmente nos abrazó, uno por uno, como solo una madre sabe hacerlo: con una fuerza sobreprotectora.

La bienvenida de Josefina Foto: Nora Sánchez

Esa es la fuerza con la que ha defendido al Pueblo Shuar Arutam, organización de 230 mil hectáreas y hogar de mas de 10 mil habitantes, de la constante amenaza de la minería. Y es la misma fuerza que la convirtió en Presidenta a pesar del machismo, las amenazas y la incredulidad de compañeros y contrapartes.

Amenazas por todos lados

Las más de 230 mil hectáreas que conforman el territorio Shuar Arutam, de la cuales 96 están en zona intangible, están en constante peligro ante la incursión de la minería industrial a gran escala y la minería ilegal. El Estado ecuatoriano ha entregado mas de 160 concesiones mineras que se sobreponen al 56% de su territorio, aunque el pueblo no ha sido propiamente consultado sobre si está de acuerdo o no con el desarrollo de dichas actividades.

Las amenazas al PSHA y otros territorios amazónicos no cesan en el Ecuador. Mas aún ahora con la expansión de la frontera extractivista en la Amazonía, impulsada por el gobierno actual, que facilita la entrega de licencias ambientales a la industria minera -y petrolera- en el país.

Desarrollado por: Carlos Mazabanda, Coordinador país de TOA

Ante este contexto, Josefina Tunki ha liderado la campaña “¡El Pueblo Shuar ya decidió: NO a la minería”, un permanente grito de resistencia que ha unido a los suyos por la protección y defensa del territorio que para ellos es más que un espacio territorial; es su casa, su farmacia, sus sitios rituales, su fuente de vida, alimentación y cultura.

“En mi presidencia hemos comenzado a hacer denuncias, hemos demandado a nivel nacional e internacional para que conozcan la importancia de la protección de esta área ambiental. Lo hacemos por el bien de la vida, para todos en la Amazonía, en el país y en el mundo”, recalca cuando le pregunto qué han hecho para enfrentarse a las amenazas a su territorio. Sus últimas palabras resuenan en mi mente.., “para todos en la Amazonía, en el país, en el mundo”, porque no es la lucha de Josefina, o de los Shuar, o de los indígenas. Es la lucha de todas las personas que habitamos en este planeta.

Los efectos devastadores de la minería

Hace unos meses, tres excavadoras “pequeñas” aparecieron en la entrada de la comunidad Maikiuantz bajo la excusa de que iban a realizar obras de mejoramiento vial y construir unas piscinas para piscicultura. En realidad, eran mineros “artesanales”. Engañaron a la comunidad, y en silencio, escondidos por la selva, empezaron el trabajo de excavación para -ilegalmente- minar. Cuando la guardia indígena y los monitores ambientales descubrieron lo que había sucedido en su territorio ya era tarde, los invasores habían destruido aproximadamente un kilómetro de bosque primario.

“Es muy preocupante. Este lugar es bosque primario, tendrán que pasar siquiera 50 años para que nuevamente crezcan nuevos árboles. Pero no será lo mismo, porque una vez destruido ya no queda como antes”, me explicaba Josefina mientras caminábamos al sitio de afectación. Yo iba con mis botas de hule, ella descalza. La veía asentar sus pies desnudos en la tierra, meterlos al agua fría del río sin reparo alguno, como si ella y el suelo fueran uno.

Llegamos a un riachuelo que parecía el límite del desastre. Mis ojos no podían creer lo que veían. De un lado todo era verde, fértil, majestuoso y del otro todo estaba caído, muerto, triste. Las y los monitores sacaron sus teléfonos móviles para marcar el punto exacto de la afectación y su impacto. Nunca había visto algo así de cerca, nunca había visto la destrucción del planeta. “Para mi eso no es por primera vez” responde Josefina cuando le pregunté si le impactó ver los efectos de – repito- una “pequeña” exploración de minería artesanal, no puedo imaginar las consecuencias de las grandes mineras, que como explica Josefina, ya están bien instaladas en su territorio. “La mayor parte de nuestro territorio intangible ha sido concesionado inconsultamente (sin Consulta Previa Libre e Informada) para el extractivismo a gran escala. Solo a tres kilómetros de aquí (en Warints) está la empresa canadiense Solaris, que está ya en fase avanzada de exploración y va a empezar a negociar con la China para la explotación a cielo abierto”. 

Monitoras y guardias ambientales

El Pueblo Shuar Arutam, al igual que otras organizaciones indígenas de base, han instaurado sistemas de guardia territorial y monitoreo ambiental ante la necesidad de vigilar lo que sucede en su territorio. 

En el caso de PSHA, las mujeres tienen un rol fundamental en la vigilancia territorial. Es más, fueron ellas quienes se organizaron en un principio para hacer guardias y quedarse hasta altas horas de la noche atentas al paso de extraños por sus tierras. Ahora, las y los monitores cuentan con un plan de monitoreo y protocolos para cumplirlo. Su labor consiste en realizar recorridos organizados para identificar desastres naturales, invasiones, maquinarias, construcciones, etc. Con el uso de celulares, drones, GPS y aplicativos digitales, el equipo de monitoreo registra las eventualidades encontradas y alerta a Josefina y el Consejo Directivo para actuar al respecto.

De esta forma fue como identificaron las afectaciones a las afueras de la comunidad Maikiuantz que constatamos durante nuestra visita. Josefina espera que cuando termine su presidencia en 2023 se mantenga el trabajo de los monitores y los guardias territoriales que durante su mandato se han activado, ya que su misión es indispensable para el cumplimiento del Plan de Vida PSHA.

Resistencia por el pueblo 

Cuando le pregunté a Josefina sobre su legado como presidenta del PSHA me dijo que espera que haya continuidad en el trabajo realizado, “quisiera que todo el esfuerzo que hemos hecho, junto a nuestros aliados, se siga fortaleciendo”, pero enfatiza que en realidad no importa quien venga después de ella, lo que importa es que sus compas Shuar, sus hijos (como ella llama a los 10 mil miembros de su organización), trabajen juntos por el fin compartido de defender lo que es suyo. 

“Lo más importante es resistir, sostenerse. No permitir que las empresas traten de violar los derechos de uno. Como mujer Shuar yo he tratado de soportar muchas cosas, han habido altibajos, pero no he mentido a mi pueblo, les he sostenido, he estado al frente, resistiendo para que exista la soberanía del territorio del Pueblo Shuar, porque el territorio es nuestro patrimonio”. 

Estar segura y ser valiente

Queda poco más de un año de la presidencia de Josefina. No ha sido tarea fácil. Desde el principio encontró muchas trabas y reconoce que ha tenido que enfrentar muchas situaciones de machismo y desconfianza: dentro de su organización por ser mujer, fuera de su organización por ser mujer indígena. La fórmula para enfrentarlo ha sido con seguridad, valentía y confianza en el equipo que la rodea. 

Así, su presidencia inspira a mujeres y niñas indígenas y no indígenas, a soñar, a crecer, a ir detrás de lo que consideramos justo. Para ella es cuestión de creer en una misma y dejar de pensar en el qué dirán. “Participen en los eventos, en las capacitaciones, en las reuniones. Pierdan el miedo de pensar qué me dirán. Cuando uno ha nacido con visión, nada es imposible”. 

Nora y Josefina tomándose una selfie

Cuando terminamos la entrevista le pedí una selfie y le saqué una sonrisa. Ahora regreso a esa foto y me lleno de fuerza, de la fuerza de Josefina, la sesentona que combate a todos los prejuicios y a los mineros armada con su temple y su pueblo.

Visita la audio imagen de Josefina Tunki en:

https://www.facebook.com/HivosAmericaLatina/videos/1050521648860573/i


Gracias al Pueblo Shuar Arutam y a Josefina Tunki por su amabilidad, su calidez y su apertura. Ha sido un honor conocer de cerca el trabajo que hacen por la defensa de su territorio y la protección de la naturaleza.