Nicole: la ceiba

Historia por Karlo M. Bermúdez – @karloemebe

A finales de 2019 tuve la oportunidad de visitar y presenciar el trabajo de las plataformas Right Here Right Now (RHRN) de Honduras y el Caribe. Esta es la primera de una serie de historias de vida de personas y colectivos que me permitieron conocerles, adentrarme en sus procesos y narrar sus luchas por los Derechos Humanos.

Podría comenzar este relato describiendo su afro. Es llamativo y no veo algo así todos los días. Pero eso no estaría bien, y unas líneas más abajo ella explicará por qué. Además, algo más vistoso que su cabello era su ajetreo.

La conocí en la oficina de Tegucigalpa, la capital de Honduras. No tuvimos tiempo para conversar hasta algunos días después. Contesta una llamada, camina con prisa hacia otro piso, de camino alguien le pregunta y ella responde, regresa a la oficina, organiza una eternidad de documentos, termina la llamada. Contesta de nuevo.

Ella misma se presenta, de paso ven que no exagero en el párrafo anterior.

Me cuenta que lleva un mes en ese puesto. Fue difícil imaginarlo, la sentía veterana. Aunque su suéter me confirmó que no era de la capital, que a mi parecer era cálida.

“Si usted ve yo paso con la chamarra porque paso con frío, las personas de este ambiente no sienten frío, pero yo sí porque vengo de una zona que es caliente”.

Se refiere a La Ceiba, ciudad de la costa atlántica, a algunas horas de la capital. Bautizada por sus primeros habitantes: garífunas provenientes de la isla de San Vicente, que huyendo de la esclavitud encontraron protección en los majestuosos árboles de ceiba que les recibieron en su nuevo hogar.

Algunos de esos árboles siguen ahí a pesar de los siglos. El destino de Nicole -también garífuna- se tornó distinto hace un mes. Al trasladarse a Tegucigalpa debió decirle adiós a la mar, al calor y algo que atesora aún más:

yo toda mi vida he vivido con mi familia, nunca me he alejado

Los 400 kilómetros entre ella y su gente no se perciben cuando les menciona. La Ceiba y Lusy, su mamá, no solo la vieron nacer, también fueron parte de sus inicios como activista por los derechos de las mujeres.

Familia(s)

Lusy, enfermera y activista, le instó a participar tanto por convicción como por necesidad en su formación profesional, ante la escasez de trabajo que enfrenta la juventud, que representa un 60% de las personas desempleadas en el país. Esto se acentúa para alguien como Nicole: de cada diez jóvenes sin empleo, siete son mujeres.

Así inició su formación y vocería en el Enlace de Mujeres Negras de Honduras (ENMUNEH), organización feminista que lucha por la erradicación de la violencia de género y por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres negras e indígenas.

No debe parecer extraño que el grupo trabaje con mujeres indígenas. El pueblo garífuna surgió de la mezcla entre personas de África e indígenas del Caribe. Y aunque hayan mujeres indígenas no vinculadas a las garífunas, tienen representación en el grupo. En palabras de Ely Menéndez, mujer negra y economista sobre su trabajo con ENMUNEH: “no tenemos que ser iguales para pelear la buena batalla”.

Nicole es hija de una mujer negra y un hombre indígena. Es la viva representación de una garífuna. Es la viva representación de la interseccionalidad: cuando las luchas de diferentes grupos son vividos por una misma persona. Como lo retrata la cantante Maimouna Youssef: “Being a woman is like being black twice” (ser mujer es el doble de una persona negra).

Y así como Lusy le heredó el aprecio por su cultura y las luchas por los Derechos Humanos, Nicole -que ya ha representado a las garífunas y hondureñas fuera de sus fronteras- comparte lo aprendido con sus hermanas Fadiah (16 años) y Marihery (18 años) y con su hermano Romario (20 años). No esconde el orgullo que siente por sus avances.

Nicole -ahora desde la administración de RHRN- continúa incentivando la participación de sus hermanas y decenas de jóvenes de múltiples luchas y regiones del país en los procesos de formación de capacidades y liderazgo que la plataforma brinda. No solo administra, está en cada espacio formativo. Está siempre en ambos espacios.

Esta ha sido una escuela. He visto un antes y un después, he visto cómo he ido desarrollándome, cómo he avanzado y aprendido.

Desea que la plataforma continúe, para seguir creciendo personal y profesionalmente.

Es trabajo, es escuela; y el recibimiento y capacitación que le brindó el grupo de trabajo de la plataforma, hizo de Right Here Right Now una familia más.

Joanne Nicole

Por fin nos sentamos a conversar. De mis nueve días con la plataforma, la intensidad de sus labores nos permitió apenas veinte minutos. Los más valiosos, eso sí, porque al descansar de documentos y llamadas me contó la verdadera razón por la que está ahí: Joanne Nicole, de siete años y que aún vive en La Ceiba con su abuela Lusy.

Así los 400 kilómetros sí pesan, pero lo valen. Nicole, la madre, sabe que RHRN es un espacio esencial para la crianza de Nicole, la hija. “Tenemos que ser conscientes de cuáles son nuestros derechos, haber aprendido eso me ayuda a mí para enseñarle a ella”.

Fue curioso enterarme de que la administradora de una plataforma de Derechos Sexuales y Reproductivos y promoción de los derechos LGBTI es, también, nieta de un pastor evangélico. Recalca que no todas las familias, como la suya, practican el evangelio desde el amor. “Vivimos en un mundo tan fundamentalista, en una sociedad de doble moral”.

Ante esas fuerzas, no teme salir de las cuatro paredes de la oficina y encarar a la sociedad catracha, para hablar de sus temas más controversiales: la violencia sexual contra menores de edad y la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia (PAE), en el único país de la región que prohíbe su venta y uso desde hace ya diez años.

Esto la motivó a ser la voz de RHRN en la campaña manifiestopae.org. Ahí, además de informar sobre las PAE, denuncia la negligencia de la institucionalidad ante los más de 150 casos de violación contra menores que se denuncian cada mes. No quiere que Joanne ni ninguna otra pequeña forme parte de esa estadística ni de casi el cuarto de millón de niñas y jóvenes menores de edad que se han visto obligadas a parir desde dicha prohibición.

Tormentas

Sumado al fundamentalismo y al patriarcado –que ponen en alto riesgo a esas jóvenes embarazadas y matan a más de una mujer al día solo por ser mujer-, Nicole recuerda otra fuerza contra la cual lucha a diario: el racismo.

“En Honduras se quiere encubrir, pero sí existe el racismo”. Tan obvio es que observó en televisión hace apenas semanas a una periodista refiriéndose como “negritas” a tres congresistas, dos de ellas garífunas; o en las gradas de un estadio de fútbol como aficionados les tratan de “monos” a jugadores afrodescendientes.

Así como lo evidencia en la vida pública, Nicole lo vivió allá donde no hay cobertura mediática: su cotidianidad. Recuerda el suponer de la gente al verla que por ser garífuna sólo sirve para bailar punta, cocinar casabe o vender pan de coco a la orilla de la playa. O como en cada entrevista de trabajo: “siempre me ponían un pero por mi pelo. Como si mi capacidad dependía del tipo de pelo que tengo.”

Y por eso es que desde un inicio no me extendí en la descripción de su pelo, la punta o el casabe.

Es estigmatización hacia las mujeres negras, y si bien es parte de nuestra cultura, no nos gusta que solo porque seamos negras asuman como si solo para eso una sirviera.

Nicole no es solo un afro. Es mujer, es negra, es indígena, es garífuna, es administradora, es activista, es madre, hija, hermana y mucho más que jamás conoceré. Por ahora, sé que está dispuesta a defender a toda su familia y todas sus comunidades de tormentas que les han acechado por siglos. Por ahora, sé que Nicole es la ceiba.

Sobre Derechos Aquí y Ahora

Derechos Aquí y Ahora (RHRN por sus siglas en inglés) es un programa de 5 años liderado por Hivos en Latinoamérica y el Caribe, y por Rutgers a nivel Global. Reúne organizaciones de jóvenes, de mujeres y de la comunidad LGBTI para incidir por derechos sexuales y reproductivos inclusivos, de buena calidad y amigables con la juventud.

Estas fueron mis palabras e imágenes, pero no existirían sin el apoyo de muchas personas. Gracias a Danna Scarpetta Pineda por el apoyo en investigación y asesoría en temas de género y diversidad, a Sofía Castro y Michelle Jones por el trabajo de traducción y revisión, a Ginet Vargas, Andrés Méndez y todo el equipo de Hivos por la guía, a Consuelo Mora y Cristiana Castellón por la confianza, al staff y todas las personas de la plataforma RHRN Honduras por hacerme sentir como en casa y a toda la ciudadanía hondureña por las lecciones de resistencia que nos da al resto del mundo.