Voces de Latinoamérica se hicieron escuchar en la IV Semana de la Energía de OLADE, en Lima, Perú. Mujeres lideresas contaron cómo es vivir sin acceso a energía y gestar soluciones innovadoras en sus comunidades y los retos para las mujeres en el sector energía.
A inicios de esta semana participamos, por segundo año consecutivo, en la Semana de la Energía, que realiza la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). El evento reunió a poco más de 1,000 personas, entre autoridades de gobiernos, representantes de empresas, organismos internacionales, universidades y estudiantes. Conocimos sobre estadísticas, eficiencia, políticas, innovación tecnológica, fuentes renovables, acceso y demás del campo de la energía.
En 3 días de evento, recibimos mucha información sobre el estado actual, los próximos pasos y los retos del sector energía en América Latina y el Caribe. Pero una sesión en particular llamó la atención de quienes asistimos al Centro de Convenciones en Lima: nuestro «Taller de acceso a energía verde e inclusiva».
Entre tantos datos y reportes técnicos, había una necesidad de empatizar y sentir más cerca las vivencias de esas personas que han trabajado para llevar la energía hasta sus hogares y las de sus comunidades, pero también las historias de personas que aún no saben lo que es eso. ¿Qué mejor forma para lograrlo, que a través de las mismas mujeres lideresas en el campo?
Para el primer panel, invitamos a cinco mujeres de países distintos que, unidas por historias de energía, nos transmitieron sus experiencias y los retos que aún siguen enfrentando para contar con energía asequible y de calidad en cada una de sus comunidades.
Voces de lideresas
Magdalena Vega, de Ostional, Guanacaste en Costa Rica, fue la primera en hablar. A pesar de que la situación en su país no es tan compleja, hace algunos años ella formaba parte de ese 0,4% que aún está desconectada de la red.
La llegada de la energía a su comunidad fue un cambio radical. Pasar de la leña y las candelas, a una cocina y bombillos fue un paso enorme. “Nuestra comunidad se esforzó demasiado para llevar la electricidad. Ahora contamos con mejores condiciones para vivir y desarrollarnos, nuestros proyectos de turismo han mejorado muchísimo.”
?️????????♀️Testimoniales voces y vivencias, comunidad y cambio a través del acceso a energía
➡️Mujeres representantes de comunidades. Foro Latinoamericano Acceso a Energía e Inclusiva organizado por @HivosAmLatina @OLADEORG #semanaenergia2019 pic.twitter.com/EwV4OuSFC0— OLADE (@OLADEORG) November 13, 2019
Luego fue el turno de Petrona Chávez, Reyna Chiquín y Nancy Velázquez, tres mujeres guatemaltecas lideresas en comunidades distintas. El antes de tener energía no es muy difícil de imaginárselo. Petrona relató que en el pasado vivían “(…) muchas penas sin luz. Nos levantábamos y nos acostábamos muy temprano para aprovechar la luz del sol.” Sus oportunidades eran reducidas, pero una vez gestada la mini central hidroeléctrica de Batzchocolá la situación dio un giro. Hoy cuentan con educación, trabajos y emprendimientos basados en la energía, pero los efectos del cambio climático ponen en riesgo la sostenibilidad del sistema de electrificación.
Desarrollar liderazgos femeninos en sus comunidades tampoco ha sido fácil, para Reyna fue todo un reto viajar más de 3 mil kilómetros como representante de las 1,200 familias que viven en Chicamán. Sin embargo, su deseo de compartir y seguir aprendiendo nuevas experiencias fue lo que la motivó a aceptar la invitación. A Reyna la mueve el deseo de que la luz llegue algún día a su casa y la de sus vecinos y vecinas.
Tenemos fe de lograr el acceso a energía renovable, administrada por la comunidad para poder cambiar nuestras vidas.
Reyna Chiquín – Chicamán, Guatemala
La historia de Nancy es un poco distinta. Ella vive en San Pablo de Tacaná, en Guatemala, una comunidad al norte del país que en su momento pudo gestar su propio proyecto de energía renovable, pero que actualmente produce energía con una planta basada en combustibles tradicionales. Sin embargo, eso no ha sido un obstáculo ni un límite para su pueblo, ya que actualmente trabajan para volver a producir energía a partir de fuentes renovables.
No buscamos que nos regalen nada, pero requerimos un primer apoyo para generar desarrollo y recursos
Nancy Velázquez – San Pablo Tacaná, Guatemala
La última en participar fue Yusuni García, de la comunidad de Jaén en Perú, donde han desarrollado un proyecto de estufas mejoradas. La brecha de acceso les obliga a utilizar leña para cocinar sus alimentos, afectando directamente la salud de las personas, en su mayoría mujeres y menores de edad a cargo de estas tareas. Pero el hecho de utilizar tecnologías más eficientes ha generado cambios en estos roles. Nos contó que “dado lo fácil y rápido que es utilizar las nuevas estufas, algunos hombres han comenzado a asumir labores de cocina”, eso ha aliviado la carga de las mujeres en las tareas del hogar y les ha permitido su desarrollarse en otras tareas como la agricultura.
Voces especialistas
En un segundo panel escuchamos a mujeres que se han abierto un campo en el sector energía desde otro nivel. Contamos con la presencia de Debora Ley, Oficial de asuntos económicos, energía y recursos naturales de CEPAL; Olga Otegui, Directora Nacional de Energía de Uruguay; e Irma Gutiérrez, especialista en género de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (ENATREL) de Nicaragua. Tres mujeres de distintas latitudes y con vasta experiencia en el sector energía. Quienes coinciden en que la resistencia de los hombres para trabajar a la par de ingenieras siempre ha sido una barrera.
Vivir, aportar y co crear
Olga Otegui lo describe como un asunto cultural y que debe contrarrestarse con educación “desde la infancia, para que desde niñas expandan sus posibilidades y no repitan roles de género tradicionales”. Abrir más espacios de capacitación técnica y promover su participación es fundamental, porque existe la legislación, pero no se da el seguimiento que requiere, coincidió con Irma.
Débora de CEPAL contó su experiencia desde la implementación de proyectos en comunidades. Según ella misma dice, el hecho de que las comunidades tengan energía no es la única solución, porque en muchos casos se replican situaciones de exclusión para las mujeres beneficiarias a partir de las mismas soluciones. “He visto casos de comunidades donde gracias a la luz eléctrica los hombres se reúnen en las calles a altas horas de la noche, generando situaciones de acoso e inseguridad en las mujeres, obligándolas a encerrarse en sus casas desde que se oculta el sol”.
Ambos paneles nos brindaron una visión del cruce entre acceso a energía y el tema de género. Mujeres de Centro y Sudamérica nos abrieron la mirada y el corazón a quienes estuvimos presentes y nos hicieron pensar en los aportes que podemos hacer para modificar esas realidades.
Parte de ese trabajo, se vio culminado en un taller basado en la metodología de “Espacio abierto”. Nos separamos en grupos para conversar, proponer y co-crear soluciones basadas en problemas reales y de interés de las personas que nos acompañaron.
Centroamérica desconectada: exposición interactiva
Para quienes no pudieron participar del taller les llevamos una vivencia similar. La exposición interactiva Centroamérica Desconectada también estuvo presente durante los 3 días de la exposición Sun World 2019. El proyecto, desarrollado por El Intercambio, basado en la investigación del mismo nombre muestras historias de comunidades de Guatemala, Honduras y El Salvador que se las han ingeniado para vivir sin energía o con acceso limitado a la misma en fotografía y video.
Quienes se acercaron tomaron las mismas decisiones de las personas retratadas a lo interno: racionalizar sus recursos para encender los focos y leer historias de acceso a energía. Predominaron los sentimientos de frustración y ansiedad, pero principalmente se pusieron en los zapatos de quienes toman estas decisiones en el día a día.
Conectar + colaborar
En toda una tarde pudimos conocer, vivir y sentir muy de cerca lo que las comunidades, pero principalmente mujeres, de Sur y Centroamérica viven en cuestión de acceso a energía. Nos quedó claro que las realidades son distintas, pero que este tipo de actividades ayudan a generar espacios comunes para aliarnos y generar ideas conjuntas. Sin embargo, aún más importante que las personas tienen el deseo de aportar desde sus experiencias, solo necesitamos brindar los estímulos necesarios para movilizar de la forma que el planeta y las personas necesitan.
¿Quieren conocer más de lo que vivimos en Perú? Echen un vistazo a este video.