Desde 2017, la líder indígena Alexandra Narváez, lucha contra la destrucción de su territorio en la Amazonía ecuatoriana. Con el apoyo de nuestro programa Todos los Ojos en la Amazonía, ella y su comunidad lograron una victoria legal sin precedentes. Una corte provincial de Ecuador declaró nulas y sin efecto a 52 licencias mineras otorgadas por el gobierno. Esta sentencia protege a 79.000 hectáreas de selva virgen.
La Amazonía es el bosque tropical más grande del mundo y juega un papel crucial en la lucha contra el calentamiento global. Pero la deforestación y una creciente industria petrolera y minera significan que cada vez se pierde más naturaleza. Esto no solo es un desastre para el clima, la vegetación y la vida animal, sino también para los aproximadamente 400 grupos indígenas que viven allí, alrededor de 2,5 millones de personas. Su hábitat está siendo reducido por la extracción de petróleo, la minería y la deforestación.
“Gracias al programa recibimos asistencia legal para presentar una demanda contra el gobierno. Y herramientas tecnológicas para monitorear mejor nuestro territorio. Las cámaras, los drones y un sistema de alerta mejorado para actividades sospechosas nos ayudaron a documentar muchas actividades ilegales. Esta evidencia fue crucial para ganar nuestro caso judicial”.
Un asunto personal
Para Alexandra, esto es un asunto personal. Ella pertenece a la comunidad indígena A’i Cofán de Sinangoe en la Amazonía ecuatoriana, que tiene aproximádamente 230 habitantes y un territorio de 63.000 hectáreas. Esta hermosa área se compone de selva tropical, humedales, miles de especies de plantas y cientos de especies animales como el jaguar, el tapir de montaña y el mono araña.
Alexandra nos cuenta cuán estrechamente conectada está su cultura con la naturaleza. “Dependemos de los ríos y los bosques para sobrevivir. Mi abuelo me enseñó desde pequeña lo importante que es cuidar nuestra tierra. También habló sobre las amenazas que enfrenta, como la tala, la agricultura y el pastoreo. Todavía me beneficio mucho de sus lecciones.” Su abuelo le enseñó otra cosa muy importante: “Gracias a él creo en mí misma. Siempre me demostró que soy una mujer fuerte que puede lograr mucho. Mi abuelo fue un gran ejemplo”.
Tiempo de actuar
Las preocupaciones de Alexandra sobre su territorio crecieron cuando vio una gran instalación minera a lo largo del río Aguarico en 2017. “Con mis compañeros, decidimos crear la Guardia Comunitaria de Sinangoe, un grupo de voluntarios que patrullan nuestra tierra en busca de actividades sospechosas. En 2018, descubrimos más y más operaciones mineras a gran escala. Resultó que el gobierno había emitido 20 permisos para la extracción de oro. Y otros 32 estaban en proceso. Esta fue una gran violación de nuestros derechos. Como residentes, el gobierno debería habernos informado y consultado con anticipación. Era hora de actuar”.
Evidencia crítica
El programa Todos los Ojos en la Amazonía, que finaliza ahora después de cinco años, ha apoyado a los pueblos indígenas amazónicos de Perú, Ecuador y Brasil en su lucha contra la deforestación, la contaminación y las violaciones de derechos. Trabajamos con más de 40 organizaciones locales e internacionales apoyando a los pueblos indígenas en las áreas de tecnología, derechos indígenas y humanos, conservación, defensa y aplicación de la ley.
Alexandra es una de las líderes indígenas inspiradoras con las que hemos trabajado. “Gracias al programa”, dice, “recibimos asistencia legal para presentar una demanda contra el gobierno. Y herramientas tecnológicas para monitorear mejor nuestro territorio. Las cámaras, los drones y un sistema de alerta mejorado para actividades sospechosas nos ayudaron a documentar muchas actividades ilegales. Esta evidencia fue crucial para ganar nuestro caso judicial. El gobierno nos pintó como mentirosos, pero pudimos probar lo que realmente estaba pasando”.
Victoria histórica
Y eso derivó en un gran resultado en la Corte Provincial de Sucumbíos en 2018. “Ganamos el caso. Los jueces reconocieron la violación de nuestros derechos y el grave riesgo para la supervivencia de nuestra comunidad que representaba esta minería. Se anularon los 52 permisos mineros, sentencia que protege 79.000 hectáreas de selva virgen”, afirma orgullosa Alexandra.
Alexandra, junto con Alex Lucitante, otro miembro de su comunidad, ganó el Premio Ambiental Goldman 2022 por esta victoria. Este es un premio mundial muy importante que reconoce los logros y el liderazgo de activistas ambientales.“Es todo un honor, pero el premio es para toda la comunidad. Todos trabajamos muy duro para este gran resultado”, dice Alexandra.
Resultados
- Gracias al programa Todos los Ojos en la Amazonía, casi 7 millones de hectáreas de selva tropical son monitoreadas en Brasil, Ecuador y Perú.
- Cerca de 500 líderes indígenas han sido capacitados para recolectar evidencia de deforestación a través de nuestro programa.
- En Ecuador, esta evidencia condujo a un fallo histórico que protege 79.000 hectáreas de selva tropical.
Lucha constante
Pero según Alexandra, la batalla aún no ha terminado. “En 2021, el gobierno emitió un decreto que permite la expansión de la minería en nuestro territorio. Una vez más entramos en acción. Invitamos a la Corte Constitucional de Ecuador a nuestro territorio y amenazamos con una gran manifestación en Quito si no venían. Vinieron y hablaron con los residentes, los monitores, nuestros líderes e incluso los niños. Explicamos por qué creemos que los pueblos indígenas deberían tener control sobre su territorio, cuáles son las amenazas y qué se perderá si permitimos la minería aquí”.
El 4 de febrero de 2022, el tribunal falló a favor de la comunidad de Sinangoe: los residentes tienen derecho a decidir lo que sucede en su territorio. “Esta es una gran noticia no solo para nosotros, sino para todos los pueblos indígenas de Ecuador. En este momento, estamos impulsando una ley que establece que las comunidades indígenas siempre deben ser consultadas con anticipación si alguien quiere hacer algo en su territorio”, dice Alexandra.
Una lucha por todos en este planeta
Ella explica cuál es el secreto detrás de este éxito: “Nuestra comunidad está muy unida, todos somos verdaderos luchadores. Los medios también recogieron nuestra historia, lo que nos trajo mucha exposición y apoyo. Y no podríamos haberlo hecho sin las organizaciones que nos ayudaron. Ahora tenemos que transmitir nuestro conocimiento, unidad y cuidado de la naturaleza a las generaciones futuras. Para que podamos detener a tiempo la destrucción de la Amazonía. No solo para nosotros, sino para todos en este planeta”.