Por: Paula Moreira, gerente de programa, y Danielle Almeida de Carvalho, oficial de proyecto de Voces por la Acción Climática Justa en Brasil
Los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes en todo el mundo. Ya sea la sequía persistente en la Amazonía, que está devastando comunidades indígenas en Brasil, Bolivia, Perú y Colombia; las inundaciones en Níger, Chad y Malí que han cobrado la vida de más de mil personas; o las olas de calor que alcanzan los 50 °C en el norte de África. La crisis climática es real y afecta con mayor dureza a las poblaciones más vulnerables del mundo, aquellas con menos recursos para enfrentarla.
Un poco de contexto
Para entender por qué las poblaciones del Sur Global son las más afectadas, es necesario ver la crisis dentro de su contexto: siglos de dominación colonial, esclavitud, opresión y marginación, justificados por la supremacía blanca y el patriarcado, y en gran medida motivados por intereses comerciales. Una vez que entendemos que el cambio climático también es una crisis de las estructuras de poder existentes entre el Norte y el Sur Global, podemos definir un enfoque mucho más eficaz para combatirlo.
Ese enfoque pasa por trabajar de la mano, en espacios de toma de decisiones, con quienes son más afectados. Estas poblaciones están en la mejor posición para contribuir al debate y proponer soluciones para abordar la crisis climática, especialmente en temas de justicia climática, financiamiento climático transparente y soluciones climáticas basadas en conocimientos tradicionales y ancestrales. En estos espacios, la participación de países como Brasil, Uganda y Túnez, que enfrentan desafíos y tienen historias coloniales similares, es esencial y se volverá cada vez más importante. Lo mismo aplica para los movimientos sociales por la justicia climática y la sociedad civil en su conjunto. Y, por supuesto, para las mujeres y afrodescendientes del Sur Global, quienes enfrentan los mayores impactos del cambio climático y han sido históricamente discriminados y marginados de los procesos de toma de decisiones.
G20 Social: el rol y liderazgo de las mujeres del Sur Global
Con esto en mente, Hivos, el Instituto Equit, Akina Mama wa Afrika y Acesa organizaron un panel en la Cumbre Social del G20 en noviembre en Río de Janeiro titulado: “Transición Justa y Emergencia Climática: El Rol y Liderazgo de las Mujeres del Sur Global”. Cinco mujeres inspiradoras tomaron esta plataforma para debatir soluciones climáticas innovadoras lideradas por mujeres y resaltar el papel de la justicia social en la acción climática.
Graciela Rodrigues, coordinadora del Instituto Equit, abrió con un discurso sobre la política exterior feminista y cómo enfrentar el ultraliberalismo económico – una de las grandes causas de la pobreza y la injusticia climática – en el contexto del G20 y los BRICS. Subrayó la necesidad de incluir políticas de cuidado en la agenda económica global, al mismo tiempo que advirtió a los movimientos sociales y de liberación sobre la necesidad de establecer estrategias para combatir las nuevas formas de capitalismo y opresión.
A continuación, escuchamos a mujeres que lideran soluciones climáticas en comunidades locales. Marcela Toledo, del Instituto Decodifica y socia de Hivos en G2C2, presentó iniciativas de energía solar lideradas por mujeres en las periferias de Río de Janeiro como una solución para la autonomía energética de la comunidad. Vanessa Cristina, de Acesa y socia de Hivos en VCA, compartió prácticas ancestrales lideradas por mujeres en Médio Mea
rim, Brasil. Descendiente de generaciones de quebradoras de coco, Vanessa explicó la práctica ancestral de recolectar nueces de babaçu, ricas en aceite y similares a los cocos. Esta actividad, realizada por mujeres, también sirve como una forma de organización social y movilización política para proteger su territorio frente a amenazas externas como la expansión urbana y el avance del agronegocio con su fumigación aérea de pesticidas.
Nuestra propia Essia Guezzi, desde Túnez, habló sobre las mujeres que lideran soluciones climáticas locales en su país para superar la dominación del patriarcado y el capitalismo en los sistemas alimentarios, como la preservación de semillas indígenas. Essia describió la situación de la pesca y la agricultura en Túnez, y cómo los intereses de la pesca industrial y el crecimiento urbano están destruyendo la pesca y la agricultura artesanal, actividades realizadas en gran medida por mujeres.
La última oradora, Faith Lumonya, de Akina Mama wa Afrika, socia global de VCA, abordó por qué y cómo la economía y las soluciones lideradas por mujeres son esenciales para la justicia climática. Un punto clave que destacó fue que una «transición justa» suele entenderse desde la perspectiva del Norte Global. Las antiguas potencias coloniales están impulsando agendas climáticas y ambientales en sus excolonias, muchas de las cuales aún carecen de acceso a electricidad. Esto hace imposible hablar de una verdadera transición justa. Faith subrayó que abordar la crisis climática requiere reconocer que nuestros sistemas económicos y estructuras de poder globales son herencias del colonialismo impulsado por el lucro y la esclavitud. Hoy en día, estas estructuras siguen siendo impulsadas por la privatización, la desregulación y la liberalización del comercio, todas prácticas que priorizan las ganancias sobre las personas y el planeta.
El camino a seguir tras el G20
El G20 alcanzó varios acuerdos clave destinados a abordar los desafíos globales, en particular aquellos que afectan a las mujeres y las comunidades marginadas. Se logró un consenso sobre la necesidad de gravar las grandes fortunas, combatir el hambre, poner fin a las guerras y establecer pautas éticas y regulaciones para la inteligencia artificial. También se asumió un firme compromiso para tomar medidas más decisivas contra la violencia hacia las mujeres y mejorar los marcos legales y los sistemas de apoyo para las sobrevivientes.
Sin embargo, el G20 opera dentro de un marco de desequilibrios de poder y representación desigual, lo que a menudo deja de lado los intereses y las voces de las comunidades marginadas y del Sur Global. Sin abordar estas fallas estructurales, corre el riesgo de perpetuar las mismas desigualdades que pretende resolver. El llamado G20 Social, un intento de la presidencia brasileña de organizar un espacio especial para la participación de la sociedad civil, resultó ser muy limitado. Pero las organizaciones también organizaron eventos independientes. La Cumbre de los Pueblos contra el G20, una iniciativa espontánea y auténtica, sorteó las limitaciones de los espacios del G20 al organizar un Tribunal Internacional de los Pueblos contra el imperialismo.
Hivos sigue comprometido con el apoyo al liderazgo de las mujeres y los esfuerzos de los movimientos liderados por ellas. Estaremos presentes en la Marcha de las Mujeres el 25 de marzo de 2025, una plataforma crucial para sensibilizar y abogar por los derechos de las mujeres, las soluciones climáticas y la justicia de género. En la COP30 en Belém, el próximo noviembre, continuaremos abogando por la justicia climática mientras amplificamos las voces de las mujeres del Sur Global en los procesos de toma de decisiones climáticas.